En el 2011 los homicidios en distintas circunstancias sumaron 2 mil 513.
Faltando tres días para finalizar el presente año, las muertes violentas ocurridas en distintos puntos de la geografía nacional sumaban 2 mil 150, cantidad que se sitúa en un nivel inferior a los homicidios oficialmente contabilizados el año pasado, cuando las propias autoridades registraron 2 mil 513 muertes de este tipo.Las cifras de muertes violentas son extraídas de registros periodísticos y de informes de organizaciones de la sociedad civil, como la Comisión Nacional de los Derechos Humanos, sobre episodios sangrientos acontecidos en este año.
Esto así, porque la Procuraduría General de la República, entidad gubernamental facultada para divulgar informes sobre muertes violentas, presenta un retraso de cuatro meses en el cuadro estadístico que pone a disposición pública. La Procuraduría General solo tiene registrados los homicidios ocurridos hasta agosto de este año, que sumaban mil 432. De las muertes violentas ocurridas en el 2012, la provincia Santo Domingo y el Distrito Nacional encabezan la lista. En la primera jurisdicción, la más grande en población de todo el país, se produjeron 616 homicidios. Y en el Distrito Nacional, los muertos fueron 238, hasta la pasada semana.
Santiago y San Cristóbal, las dos provincias más pobladas del interior del país, ocupan los primeros lugares entre los pueblos con mayor número de decesos provocados por alguna situación delictiva y conflictos o riñas personales. Sin incluir el mes de diciembre, en Santiago los homicidios ascendían a 190.
El Voluntariado por la Seguridad de Santiago (Voses) ha sido insistente en la necesidad de reformular los planes de seguridad diseñados por el gobierno en esa ciudad, debido a que existe temor de la población ante los constates atracos, y la modalidad de cortar la luz para penetrar a viviendas y matar personas con armas de diferentes calibres. Una de las muertes que más estremeció a la comunidad santiaguense fue la de Ana Estela Diloné, madre del pelotero Miguel (Guelo), asesinada el pasado día ocho de septiembre, en la urbanización La Tabacalera.
El móvil de este asesinato fue el robo de 57 mil pesos. En la sureña provincia San Cristóbal la situación no es menos preocupante. De hecho, supera a Santiago en muertes violentas ocurridas en diversas circunstancias, pero sobre todo fruto de la espiral delictiva que azota a ese pueblo. En lo que va de año, la violencia callejera, riñas personales y conflictos intrafamiliares dejaron un saldo de 225 muertos en San Cristóbal. Aquí se suman igualmente mil 960 atracos en sectores y circunstancias diversas. Este registro incluye también las muertes de 95 mujeres de manos de sus esposos o compañeros sentimentales y 82 fueron ultimadas en otras circunstancias.
Esto así, porque la Procuraduría General de la República, entidad gubernamental facultada para divulgar informes sobre muertes violentas, presenta un retraso de cuatro meses en el cuadro estadístico que pone a disposición pública. La Procuraduría General solo tiene registrados los homicidios ocurridos hasta agosto de este año, que sumaban mil 432. De las muertes violentas ocurridas en el 2012, la provincia Santo Domingo y el Distrito Nacional encabezan la lista. En la primera jurisdicción, la más grande en población de todo el país, se produjeron 616 homicidios. Y en el Distrito Nacional, los muertos fueron 238, hasta la pasada semana.
Santiago y San Cristóbal, las dos provincias más pobladas del interior del país, ocupan los primeros lugares entre los pueblos con mayor número de decesos provocados por alguna situación delictiva y conflictos o riñas personales. Sin incluir el mes de diciembre, en Santiago los homicidios ascendían a 190.
El Voluntariado por la Seguridad de Santiago (Voses) ha sido insistente en la necesidad de reformular los planes de seguridad diseñados por el gobierno en esa ciudad, debido a que existe temor de la población ante los constates atracos, y la modalidad de cortar la luz para penetrar a viviendas y matar personas con armas de diferentes calibres. Una de las muertes que más estremeció a la comunidad santiaguense fue la de Ana Estela Diloné, madre del pelotero Miguel (Guelo), asesinada el pasado día ocho de septiembre, en la urbanización La Tabacalera.
El móvil de este asesinato fue el robo de 57 mil pesos. En la sureña provincia San Cristóbal la situación no es menos preocupante. De hecho, supera a Santiago en muertes violentas ocurridas en diversas circunstancias, pero sobre todo fruto de la espiral delictiva que azota a ese pueblo. En lo que va de año, la violencia callejera, riñas personales y conflictos intrafamiliares dejaron un saldo de 225 muertos en San Cristóbal. Aquí se suman igualmente mil 960 atracos en sectores y circunstancias diversas. Este registro incluye también las muertes de 95 mujeres de manos de sus esposos o compañeros sentimentales y 82 fueron ultimadas en otras circunstancias.
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