Helsinki, Finlandia: El niño comenzó a dar signos evidentes de que algo no andaba bien. Empezó a mover sus brazos de forma desesperada y, tras muchos intentos, se rindió y su cuerpo comenzó a flotar.
Una mujer quién finalmente advirtió lo que pasaba. Tomó al niño, lo sacó y le realizaron las maniobras para resucitarlo. Pudo haberle costado la vida.