En Italia Verónica Panarello fue condenada a 30 años de prisión por matar a su hijo Loris Stival, luego de que este la descubriera teniendo relaciones con su abuelo paterno, Andrea Stival.
La madre del niño Veronica trató de fingir que su hijo había sido secuestrado, diciendo a la policía que lo había llevado a la escuela y cuando lo fue a buscar ya no estaba. El comenzó a sospechar de la madre del niño cuando revisó las imágenes de las cámaras de seguiridad de la escuela y advirtió que las grabaciones no coincidían con la historia de la mujer.   Verónica Panarello fue encontrada culpable de asesinato de su hijo y de ocultar un cuerpo. La madre denunció la complicidad del padre de su esposo, dando a conocer las causas del homicidio. Ahora el abuelo paterno está siendo investigado como cómplice de asesinato. Él  niega los cargos y amenaza con denunciar por "difamación" a su nuera.