La situación hizo pensar a Katherine en una manera de salir adelante y entonces decidió "poner precio a lo único que tenía", como cuenta a CNN.Así que Katherine decidió firmar un contrato de trabajo con uno de los burdeles que el magnate Dennis Hof tiene en Nevada, el único estado en el que la prostitución se considera una actividad legal en Estados Unidos.
"La gente dice que debería hacer esto por amor pero lo hago porque quiero a mi familia", ha afirmado la joven, que deberá pagar a Hof el 50% del valor final de su servicio.Stone ha fijado el precio de su virginidad en 365.000 euros pero dice que está esperando a un hombre "con el que sienta conexión para que la experiencia pueda ser especial para ambos".
Por el momento, Katherine proporciona servicios que no incluyan relaciones , como realizar pequeñas fiestas o sesiones de masajes. Y asegura que incluso después de vender su virginidad, seguirá trabajando en el burdel. "Espero seguir trabajando aquí los próximos cinco años" aunque señala que en un futuro quiere estudiar derecho.