Según Estudio El afán por afrontar los problemas materiales deja a las personas sin energía cognitiva.
Los esfuerzos por afrontar los problemas materiales básicos agotan las capacidades mentales de las personas pobres, lo que les deja poca energía cognitiva para dedicarse a su educación.
Esta movilización de capacidades cerebrales para superar situaciones estresantes, como el hecho de saber si se tendrá el dinero suficiente para alimentar a la familia o pagar el próximo alquiler, puede suponer una reducción de 13 puntos del coeficiente intelectual (CI) de una persona, es decir un descenso de un 10% con respecto a la media de la población.
Una disminución de este tipo de las capacidades mentales equivale a la sufrida tras una noche sin dormir. “Para muchos pobres, estos problemas se vuelven tan persistentes que es difícil concentrarse en otras cosas como la educación, la formación profesional o incluso la organización de su tiempo”, explicó el economista Sendhil Mullainathan.
Los esfuerzos por afrontar los problemas materiales básicos agotan las capacidades mentales de las personas pobres, lo que les deja poca energía cognitiva para dedicarse a su educación.
Esta movilización de capacidades cerebrales para superar situaciones estresantes, como el hecho de saber si se tendrá el dinero suficiente para alimentar a la familia o pagar el próximo alquiler, puede suponer una reducción de 13 puntos del coeficiente intelectual (CI) de una persona, es decir un descenso de un 10% con respecto a la media de la población.
Una disminución de este tipo de las capacidades mentales equivale a la sufrida tras una noche sin dormir. “Para muchos pobres, estos problemas se vuelven tan persistentes que es difícil concentrarse en otras cosas como la educación, la formación profesional o incluso la organización de su tiempo”, explicó el economista Sendhil Mullainathan.
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Curiosidades
