Después de una convulsión febril, el niño se queda como adormilado.
Los síntomas son espectaculares. Tal y como se describen en el libro de Paricio, suelen provocar en el niño que tiene fiebre un ataque de movimientos anormales, bruscos, y convulsivos.Sigue leyendo

Dejar mi comometario..

Comentarios..