Hanifa Amar, una siria de 14 años, tendrá que convertirse en la segunda esposa de un propietario libanés de 44 años.
Toda mi vida está destruida. No quiero casarme con él, pero si lo hago, mi familia podrá quedarse en esta casa", comenta Hanifa entre lágrimas a la cadena Al Jazeera. Su madre, Mysa, confiesa que ni su marido ni su otro hijo, de 12 años, que trabaja de asistente de un mecánico, son capaces de ganar los 250 dólares mensuales que les pide el propietario de la vivienda en la que viven alquilado. El amo de la casa les permite quedarse gratis, pero pide su hija a cambio. Leer más

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