Un niño de sólo 6 años burló todas las medidas de seguridad que resguardan al Papa Francisco, interrumpiendo el discurso que daba el Pontifice con el sólo objetivo de abrazarlo.
El niño se colgó de la sotana e, incluso, se sentó en el trono del Papa, quien le acarició su cabeza y ordenó a sus guardias no sacar al menor del escenario, el cual lo acompañó durante toda la ceremonia.
El niño se colgó de la sotana e, incluso, se sentó en el trono del Papa, quien le acarició su cabeza y ordenó a sus guardias no sacar al menor del escenario, el cual lo acompañó durante toda la ceremonia.
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