En el municipio gallego de La Coruña buscan al dueño de un boleto de lotería que resultó premiado con 4,7 millones de euros.
El caso es tan excepcional que ha obligado al ayuntamiento a retroceder hasta el código civil de 1889 para buscar una solución. El botín es demasiado suculento y más en una época de crisis económica. Es posible que el propio ganador ni siquiera sepa que ha perdido una fortuna. Pero todo está teóricamente pensado para evitar una avalancha de oportunistas.
El caso es tan excepcional que ha obligado al ayuntamiento a retroceder hasta el código civil de 1889 para buscar una solución. El botín es demasiado suculento y más en una época de crisis económica. Es posible que el propio ganador ni siquiera sepa que ha perdido una fortuna. Pero todo está teóricamente pensado para evitar una avalancha de oportunistas.
