En Nueva Zelanda, donde las autoridades decidieron no renovar la visa de trabajo de un sudafricano que pesa 130 kilos y que, de acuerdo a la Oficina de Inmigración, "no tiene un nivel aceptable de salud".
La Oficina de Inmigración en Nueva Zelanda informó de que Albert Buitenhuis, cuyo peso actual es 130 kilos, ya no "tiene un nivel aceptable de salud" y que su obesidad supone un riesgo para los servicios sociales. Albert, de 50 años y su esposa, Marthie, de 47, declararon a los medios que cuando llegaron por primera vez en 2007 a la ciudad de Christchurch, el peso del varón era de 160 kilogramos y que durante las pasadas renovaciones de visado las autoridades no pusieron ningún inconveniente. "Hemos renovado los papeles cada año y nunca hubo problemas.
Nunca mencionaron el peso de Albert o su salud (...) Es irónico que ahora pese menos que cuando llegamos por primera vez y tras su primer examen médico, que fue aprobado por las autoridades de inmigración", declaró Marthie al diario local "The Press".
La Oficina de Inmigración en Nueva Zelanda informó de que Albert Buitenhuis, cuyo peso actual es 130 kilos, ya no "tiene un nivel aceptable de salud" y que su obesidad supone un riesgo para los servicios sociales. Albert, de 50 años y su esposa, Marthie, de 47, declararon a los medios que cuando llegaron por primera vez en 2007 a la ciudad de Christchurch, el peso del varón era de 160 kilogramos y que durante las pasadas renovaciones de visado las autoridades no pusieron ningún inconveniente. "Hemos renovado los papeles cada año y nunca hubo problemas.
Nunca mencionaron el peso de Albert o su salud (...) Es irónico que ahora pese menos que cuando llegamos por primera vez y tras su primer examen médico, que fue aprobado por las autoridades de inmigración", declaró Marthie al diario local "The Press".
