Un rayo impactó sobre la cúpula de la basílica de San Pedro del Vaticano después de que Benedicto XVI anunciara su retiro.
"Ha sido como un rayo caído a cielo abierto", dijo, paradójicamente, el cardenal decano Ángelo Sodano, el primero en confirmar un anuncio que muchos no podían creer al principio, ya no solo por lo poco común, sino también por las dificultades de comprensión por el hecho de que fuera pronunciado por el Papa en una lengua muerta como es el latín.

 Lo cierto es que después de una mañana algo nublada y con lluvias intermitentes sobre Roma, el cielo terminó de cerrarse por la tarde del lunes para dar paso a una tormenta -de dimensiones que algunos calificaron como "casi bíblicas"- que con truenos y relámpagos arreció sobre la capital italiana y el vecino Estado del Vaticano durante unas horas.