La agresión sexual a un grupo de españolas la madrugada del pasado lunes en Acapulco ha conmocionado a un lado y a otro del Atlántico.
La agresión sexual a un grupo de españolas la madrugada del pasado lunes en Acapulco ha conmocionado a un lado y a otro del Atlántico y ha posado la mirada escrutadora sobre las autoridades locales, que prometen “detenciones rápidas”. Dijo el alcalde del destino playero, Luis Walton Aburto, en su primera declaración al respecto, que estas son cosas que pasan el todo el mundo. Dijo primero, se desdijo después, incluso pidió perdón.

Quizás no conocía los datos, publicados hace tres años, conocidos desde hace casi 400.000 intervalos de cuatro de minutos. “Aunque luego pidió disculpas, es bien interesante la respuesta del alcalde. Parece que está justificando la acción: si pasa en todo el mundo no hay porque alarmarse. Esa es la visión que tienen, entre las autoridades no hay un reconocimiento de que es un tema grave”, dice la experta en Género Velvet Romero García.

Para la psicóloga, el problema de la violencia sexual en México es un problema sociocultural. “Las mujeres somos mujeres de todos. Los hombres creen que pueden insultar o manosear y las mujeres evitan denunciar porque tienen interiorizado que quizás pudieron provocar”, explica. Un amigo periodista (extranjero) estuvo hace poco en Acapulco y una mañana se levantó temprano, se puso el bañador y salió a pasear por la orilla solitaria a esas horas. Cuenta que un hombre se le acercó. “¿Mujeres?”, le preguntó, del mismo modo que otro podría ofrecerle unos pasos más allá el agua de un coco. Los datos de la Secretaría de Salud tratan de arrojar luz sobre la llamada “cifra negra”, esa que oculta los datos reales de agresiones sexuales ante la escasez de denuncias.

Las cifras que maneja el Sistema Nacional de Seguridad Pública hablan de 15.000 denuncias por violación en el año 2009, 27 por cada 100.000 mujeres. A estas horas cientos de efectivos de seguridad peinan Acapulco para localizar a los agresores de las mujeres españolas. La titular de la Procuraduría dijo que ya tienen “indicios firmes” para dar con los responsables. Romero García cree que de no tratarse de víctimas extranjeras “el caso hubiera pasado desapercibido”. El cronómetro marca 47 minutos, eso son 11 intervalos de cuatro minutos y el tiempo en México sigue pasando.