Una británica se retrató a intervalos regulares durante todo un día. El experimento muestra que las horas no pasan en vano.
La periodista Anna Pursglove quiso demostrar los cambios que un rostro sufre hora a hora, y día a día. Por ello, se fotografió en distintos momentos de una jornada para que se pueda ver gráficamente las modificaciones que se experimentan. Desde que una persona se levanta, hasta el momento de acostarse, hay situaciones que desgastan o relajan y eso se refleja en la cara. En el caso de Anna, lleva a sus hijos a la escuela, sale a correr, limpia su casa, sale de compras y va a una fiesta entre otras acciones.Ver más>>