Los jóvenes se tiran al piso, se revuelcan, gimen gritan o, simplemente, respiran en silencio.
Puede el poder la palabra provocar orgasmos? Algunos piscólogos dirán que sí. Sin embargo, un hipnotizador profesional con chapa de humorista logra que un grupo de personas sentadas, en lo que se supone es un escenario, alcance el climax frente al público.
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