La oftalmóloga María Laura Molina, del Hospital Central, subrayó: "Esta tendencia ya se refleja en nuestra provincia y son por lo general adolescentes que llegan primero alcoholizados a la guardia, y luego presentan las alteraciones en los ojos, desde conjuntivitis e inflamación hasta queratitis severa”. La especialista explicó que, por lo general, la bebida alcohólica que utilizan los adolescentes es el vodka, que a través del baño ocular pasa directamente a la sangre por la mucosa.
De esta forma, la bebida no hace el proceso hepático y llega directamente al torrente sanguíneo y al cerebro de una manera más rápida. Molina explicó que el baño ocular con alcohol puede generar, entre otras cosas, alteraciones en la conjuntiva y hasta provocar perforaciones en la córnea y ceguera.