Brasileños homenajean a víctimas de incendio

Miles de brasileños se reunieron ayer en una plaza de Santa María en honor a los 233 muertos en el centro.
La policía brasileña detuvo ayer a los dos dueños de la discoteca Kiss, donde murieron 233 personas, y a dos integrantes de un grupo musical cuyos fuegos artificiales habrían incendiado el lugar, al tiempo que miles de personas se congregaron en la ciudad de Santa María para recordar a los muertos. Los cuatro hombres no fueron acusados, pero los fiscales dijeron que podrían permanecer en custodia policial por hasta cinco días para ayudar a establecer las causas del incendio ocurrido el fin de semana. Además, ayer se informó que en el lugar no había alarma de incendios. No había aspersores ni salidas de emergencia. Y cuando un músico trató de apagar un incendio que comenzó con juegos pirotécnicos, el extintor no funcionó.

Todos los elementos estaban dispuestos para la tragedia que ocurrió. También ayer iniciaron los funerales de las víctimas, mientras salían a la luz reportes sobre la acumulación de descuidos y errores en ese abarrotado lugar de diversión nocturna. Miles de personas se congregaron en la noche en una plaza del centro de la ciudad brasileña de Santa María para rendir un homenaje silencioso a las víctimas del incendio de la discoteca ocurrido el fin de semana.

 La policía no dio cifras del número de participantes, pero algunos que estaban en la cabeza de la manifestación calcularon en más de 5 mil personas la asistencia. La convocatoria fue una iniciativa espontánea de la población, que usó las redes sociales para llamar a la gente a honrar la memoria de los fallecidos, en su mayoría jóvenes universitarios, y pedir que se castigue a los responsables de la tragedia, la peor de su tipo registrada en Brasil en más de medio siglo.

 Los promotores de la iniciativa pidieron a la gente que asistiera vestida de blanco, ya que en Brasil el luto no es muy asociado al color negro, y que en vez de velas llevara objetos luminosos, como teléfonos celulares. Muchos de los asistentes portaban globos blancos en los que estaban escritos nombres de la víctimas, pegatinas negras con letras blancas en las que estaba escrita la palabra “luto” y carteles en los que se pedía justicia. Lugar incumple legislación De acuerdo con las normas de seguridad, los clubes deben tener un extintor por cada 139 metros cuadrados, así como múltiples salidas de emergencia y los límites al número de asistentes deben ser estrictamente respetados.

Pero parece que nada de eso ocurrió en el centro nocturno. “Un problema en Brasil es que no hay control sobre cuánta gente es admitida en un recinto”, dijo Joao Daniel Nunes, ingeniero civil. “Nunca han estado claramente especificados y nadie controla cuánta gente ingresa a estos centros nocturnos”. El alcalde de Santa María, José Fortunati dijo a Radio Gaucha que decenas de clubes fueron cerrados en año pasado por no cumplir con las normas de la localidad. Ochenta y dos personas continuaban hospitalizadas, al menos 30 de ellas en condición grave.

 La tragedia ocurrió cuando Brasil se prepara para organizar la Copa Mundial del 2014 y los Juegos Olímpicos del 2016, donde los estándares de seguridad y la capacidad de respuesta del país será crítica. La presidenta Dilma Rousseff visitó el lugar el domingo, visiblemente enojada y ayer declaró que una tragedia de ese tipo “jamás” puede repetirse.
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