Arnold Schwarzenegger con 65 años, vuelve a protagonizar una película, “El último desafío”.
“No está en mis planes jubilarme. ¿Por qué querría retirarme, qué haría con mi tiempo libre? Lo paso muy bien actuando”, reflexiona utilizando un método de diálogo que quizás haya aprendido mientras fue gobernador: responde lo que quiere decir aunque no necesariamente tenga que ver con lo que se le está preguntando.
Lo que más le gusta de la película con la que eligió regresar a la pantalla grande es la vulnerabilidad de su personaje, admite, como si quisiera reinventar su carrera siguiendo el molde de un Clint Eastwood. Su sheriff, Ray Owens, se permite bromear que ya está viejo. “Un guiño cómplice puesto a propósito en el guión, tengo los mismos problemas de edad en la realidad que en la ficción”, admite.
“Envejecer apesta”, remata con una carcajada. “¿Qué hay de bueno en eso? Es cierto que te volvés mas sabio, habiendo sido gobernador tuve muchas experiencias y eso me hace mejor persona, pero no hay muchos otros beneficios que vengan con la edad”. Igual, a él las escenas de acción en el set de filmación no lo tomaron desprevenido, está acostumbrado a entrenar, lo hace todos los días: “Cardio, pesas, bicicleta, natación y esquí en el invierno”, enumera. No tiene que prepararse especialmente porque tenga que filmar una película. A lo sumo debe ensayar con el jefe de dobles las peleas, no más que eso.
“No está en mis planes jubilarme. ¿Por qué querría retirarme, qué haría con mi tiempo libre? Lo paso muy bien actuando”, reflexiona utilizando un método de diálogo que quizás haya aprendido mientras fue gobernador: responde lo que quiere decir aunque no necesariamente tenga que ver con lo que se le está preguntando.
Lo que más le gusta de la película con la que eligió regresar a la pantalla grande es la vulnerabilidad de su personaje, admite, como si quisiera reinventar su carrera siguiendo el molde de un Clint Eastwood. Su sheriff, Ray Owens, se permite bromear que ya está viejo. “Un guiño cómplice puesto a propósito en el guión, tengo los mismos problemas de edad en la realidad que en la ficción”, admite.
“Envejecer apesta”, remata con una carcajada. “¿Qué hay de bueno en eso? Es cierto que te volvés mas sabio, habiendo sido gobernador tuve muchas experiencias y eso me hace mejor persona, pero no hay muchos otros beneficios que vengan con la edad”. Igual, a él las escenas de acción en el set de filmación no lo tomaron desprevenido, está acostumbrado a entrenar, lo hace todos los días: “Cardio, pesas, bicicleta, natación y esquí en el invierno”, enumera. No tiene que prepararse especialmente porque tenga que filmar una película. A lo sumo debe ensayar con el jefe de dobles las peleas, no más que eso.
